Un puzle perfecto para que los peques den sus primeros pasos en el mundo de los rompecabezas.
Debajo de cada animal se esconde una textura que el niño descubre al levantar las piezas.
Suaves, granulosas, ásperas, con vetas, las texturas que esconden los animales aportan tantas sensaciones que permiten a los pequeños a partir de los 18 meses desarrollar más finamente su sentido del tacto.
Cada animal tiene un lugar muy específico: los pequeños desarrollan así su capacidad de análisis y observación, así como su motricidad fina para colocar a cada animal en el lugar adecuado.
• Una base de madera impresa en la parte superior y 5 texturas diferentes en las ranuras.
• 5 piezas de madera con forma de animales.
Es perfecto a partir de los 18 meses.