Un puzle perfecto para que los peques den sus primeros pasos en el mundo de los rompecabezas.
En cada animal se esconde un sonido que los pequeños a partir de 18 meses descubren al agitar las piezas.
¡Tchick, tick, gling! Una campana, una canica, arena etc, cada sonido es diferente.
Cada animal tiene un lugar muy específico: los pequeños desarrollan así su capacidad de análisis y observación, así como su motricidad fina para colocar a cada animal en el lugar adecuado.
• Una base de madera impresa en la parte superior y 5 ranuras empotradas.
• 5 piezas de madera con forma de animales que producen sonidos al ser sacudidas.
• No hay electrónica en los animales, cada sonido es provocado por diferentes elementos en su interior: campana, arena, canicas etc...
Es perfecto a partir de los 18 meses.